sábado, 26 de febrero de 2011

Nueva oportunidad.

(Primer capítulo de Elena Hei Lei)

A la mañana siguiente, como si me hubiera leído el pensamiento, me llamó Ashley.
-Lu, estoy… estamos muy avergonzadas por lo que hicimos.
-¿En serio? No sé a qué demonios te refieres, ¿a dejarme tirada en un escenario, o a salir corriendo detrás de cuatro escarabajos estúpidos?
-Lucy, ya te he dicho que lo siento y…
-¿… o quizás te refieras a que habéis arruinado posiblemente la única oportunidad de mi vida para cumplir mis sueños?
-¡Joder, Lucy! Déjame hablar, Katrina y yo hemos hablado en el despacho con Jim y nos ha concertado una cita después de comer.
-Está bien. Te pasaré a buscar.
- Un “gracias” estaría bien.
- No sé por qué.- Y la colgué. Ese orgullo mío me había hecho pasar muy malos ratos, pero en este momento me sentía genial. Ahora sólo me apetecía llegar a ese despacho, y que se arreglaran las cosas. Incluso me apetecía ver a aquella barbie cutre que se hacía llamar “secretaria”.
Pasé por la puerta de Ashley con las ideas muy claras. Si no bajaba en tres minutos, me iría sin ellas. Pero no fue así, fue pasar yo por la puerta, y aparecieron como dos asaltantes de caminos Katrina y Ashley. Fui muy callada hacia la agencia pensando en lo que íbamos a decir y en que tenía que estar tranquila. Llegamos. Pero cómo diantres voy a estar tranquila si siempre que vamos aparecen los “4 fantásticos”
-¡Dios!- Fue lo único que se me ocurrió exclamar. Y como si de una costumbre se tratara, Ash y Katrina salieron voladas a su encuentro.
- Buenas
Al principio me pregunté: ¿Quién es? Pero luego caí, ¿quién iba a ser más que él? John.
- No estés tan seguro.
- Yo no he dicho nada nena.
-Primero, no soy tu “nena”. Segundo déjame vivir en paz. Joder, Ashley, Katrina, ¡tenemos prisa!
Vinieron ellas dos, seguidas de los otros tres Beatles, lo cual no me hizo mucha gracia. De repente, note una mano en mi hombro, sabía (o más bien creía que era Ashley). Lo creí hasta que la mano bajó por la espalda y  me temí lo peor. Entonces,antes de que ocurriera nada, me giré y le pegué un guantazo al chico que tenía detrás.
-¡AH! ¡Qué he hecho? ¿Por qué demonios me pegas?- Dijo Ringo, mientras John se partía de risa a su lado.
- ¡Dios! Lo siento (no lo dije demasiado convencida) ¿Cómo no ibas a ser tú? Pues que sepas que si nunca tuve interés en ti, ahora menos.
Lo que me faltaba, ponerme nerviosa. No podía permitírmelo, tenía que estar fresca y tranquila para hablar con Jim. Pero me temblaba todo el cuerpo, desde el último pelo de mi cabeza hasta los pies. Corrí hacia el baño, y Ashley y Katrina me siguieron, lo cual me extrañó bastante. Me habían escogido a mí antes que a los Beatles. Era todo un logro personal.
Me encerré en el baño con ellas dos. Me lavé la cara y mirándome en el espejo recitaba para mis adentros discursos de auto-convicción.
- Estarás contenta, ¿no? ¡John Lennon casi te toca el culo! – Dijo Katrina, y no me sorprendió. Sabía que tarde o temprano iba a mantener esa conversación.
- No. No estoy contenta. Me dan ganas de …desinfectarme el pantalón.
-Eso demuestra que es un chico normal…
-Eso demuestra que da asco.
-No es para tanto, Lu…
-Cállate Ashley. Ahora lo primordial, es hablar con Jim, sobre el suceso de anoche…
-Está bien, pero no menciones tu odio hacia ellos. Creo que a Jim le gustan, y si dices que fue por su culpa, igual no nos escucha.- Dijo Ashley, no me lo esperé, ella siempre había estado tan llena de personalidad, y ahora…
- Pues espero que no le importe que tenga una opinión distinta a la del resto de chicas de la tierra.- Y sin más dilación, salí derecha hacia el despacho.
Lo que no sabía, es que, detrás de la puerta de aquella reunión, aquellos cuatro chicos estaban hablando de mí, y ellos lo que no sabían que les oía mientras lo hacían.
- Te has pasado tío- Dijo George riéndose.
- Si te estás partiendo, tío, no eres serio.
- Pues yo sí estoy serio, John, y, ¿puedes decirme en qué estabas pensando?- Decía Paul con una seriedad y un respeto hacia mí que me daba un poco de miedo.
- No pensaba tocarle nada, era una broma, para que se le bajen los humos.
-Pues, tío, no parece que le haya hecho mucha gracia.- Ringo, el más mayor junto a John, igual de serio como lo parecía siempre representaba la autoridad que John no sabía (O igual sí sabía y no quería representarlo)
- ¿Creéis que se ha cabreado de verdad?
- No, apenas. Me ha cruzado la cara pero creo que en realidad te quiere. No sabes la fuerza que tiene.
-¡Dios santo!- Pensé- Estoy más pendiente de ellos que de Jim… Vuelve Lucy, vuelve.
- Bueno, Lucy, entonces, ¿volvéis? Sé lo molestos que pueden llegar a ser estos chicos, pero ya verás, os acabarán dejando en paz.
- Por mí que no lo hagan jaja- Dijo Ashley con la cara de embobada que se le queda siempre al hablar de los melenudos.
- Pues, ¿Trato hecho?
- Claro que sí, señor Autom. Fue salir de la habitación y olvidarme de todo lo ocurrido anoche. Abracé a Ashley y a Katrina y empezamos a gritar como locas. John se unió al abrazo, haciendo el tonto como siempre.
Me disponía a salir cuando noté que alguien me cogía del brazo. Supuse que eran Ashley o Katrina, y otra vez me equivoqué, pero esta vez fue bastante más agradable que la anterior.




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